Skip to main content

Reflexiones al cierre

Estos han sido 2 meses verdaderamente emocionantes.

Parece que fue ayer cuando entramos al local, y empezamos a pensar en cómo podríamos hacer cada receta, dónde colocaríamos cada utensilio, para que hubiera el máximo flujo posible. Y la mitad de la maquinaria estaba estropeada.

Estos meses han hecho de muchas personas sueltas trabajando juntas; un auténtico equipo, funcionando como un engranaje, equivocándonos a cada paso y mejorando cada día.

Hemos aprendido que el cambio solo sucede cuando somos lo suficientemente humildes como para desaprender lo que llevamos dando por supuesto toda la vida, y nos abrimos a un mundo de posibilidades. Que Lean tiene muchas herramientas, pero ninguna tan importante como nuestro sentido común e intuición. Que cuando quieres ver algo, lo verás, aunque no esté allí y lo importante que es quitarnos los prejuicios.

El restaurante nos ha enseñado a hacer las cosas bien desde el principio, porque si no, siempre aparecen oportunidades para mejorar bajo presión después. Que el proyecto en sí hace de profesor y permite situaciones de crecimiento.

Hemos comprobado en primera persona lo que supone trabajar en un ambiente con una cultura de mejora y aprendizaje. Lo divertido que es entrar a trabajar con ideas en mente, preguntándote qué será lo que mejoraremos hoy. O en qué nos daremos cuenta de que estamos fallando.

Cuánto más hemos avanzado, más nos hemos dado cuenta de lo poco que sabíamos. Y qué fascinante es tenerlo todo por aprender.

Hemos vivido en nuestra piel que sin un estándar no podemos mejorar, porque los cambios no perduran ni son significativos. Que las cosas deben vivir donde se usan, ya que si no, te pasas la mitad de tu tiempo buscándolas o dejándolas donde “no toca”. Que cualquier persona es capaz de llevar a cabo correctamente un trabajo cuando interioriza un estándar que funciona para él o ella. Y que lo bueno es enemigo de lo perfecto.

Nos hemos dado cuenta de que para hacer Lean es mucho más importante tener ganas de trabajar y tener la mente dispuesta al cambio que tener grandes aptitudes y una amplia experiencia. Que para resolver problemas, primero tienes que pararte y observar las veces que haga falta hasta que entiendas perfectamente lo que sucede.

Estos meses nos han dado alas para crecer y desarrollarnos, para descubrir un poco más de lo que somos capaces y todo el potencial que tiene Lean en cualquier ámbito. La lista de cosas que nos llevamos podría alargarse páginas enteras, pero sabemos que es algo que tendréis que vivir por vosotros mismos.

Solo nos queda daros las gracias, por haber venido a vivir la experiencia de l’Experiment. Por vuestras caras de sorpresa o fascinación ante nuestras explicaciones. Por vuestro apoyo desde fuera. Desde luego, esto no habría sido tan espectacular sin vosotros. Y ya lo echamos de menos.

Nos vemos en la próxima.

Equipo de l’Experiment

  • Hits: 255